Lo que mande, señor Presidente. O ¿cómo describir el que un joven estudiante de música pueda alcanzar su formación internacional, no a través de una beca y tras ganar un certamen y convocatoria –como tendrían que hacerlo todos–, sino mediante las infalibles “instrucciones del presidente”? Así lo presumió hace unos días en Twitter la secretaria de Cultura Alejandra Frausto: “Con emoción les comparto que por instrucciones del presidente @lopezobrador_ atendimos a Abel Aranda, egresado de la Universidad Veracruzana de estudios de Jazz. Su sueño es continuar su formación en la @UArts en Filadelfia, EUA. Le ayudaremos a cumplir su sueño!”.
No están aquí en duda los méritos que pueda tener Abel Aranda como músico, sino cómo juegan a favor de unos cuantos las “instrucciones del Presidente López Obrador”.
“¿Así sin entrar a una convocatoria y cumplir los requisitos que se le piden al resto de ciudadanos? Esto se llama corrupción”, le respondió un ciudadano a la secretaria y otro definió esa entrega de recursos como una decisión “discrecional”. Lo curioso es que el caso de Abel viene de la mano de esas historias insólitas que surgen en medio de la conferencia de prensa en Palacio Nacional, donde, en este caso, un periodista le dice que al Presidente que un joven tabasqueño lo abordó y que le contó su interés de estudiar y que le hizo saber de su petición para estudiar en el extranjero, lo que dio pie a las instrucciones del mandatario “lo de la beca para el joven hay que verlo con Alejandra Frausto”. Otra historia contaría Abel si se mantuviera el esquema de apoyos especiales que alguna vez tuvo el Fonca, pero por obra de la 4T, ya ni Fonca tenemos…
https://twitter.com/alefrausto/status/1405374679016108033
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